por Irene Urrutia Martín (16.02.2023)
La flautista infatigable, premiada en el Concurso Carl Nielsen y que forma parte de la ORCAM en Madrid, nos cuenta cómo encontró su pasión por la flauta, habla de su educación musical, de las redes sociales para músicos, del apoyo de la familia y los amigos y de la importancia de no venirse abajo tras los contratiempos y de por qué las audiciones fallidas no son fracasos. Además, comparte con nosotros sus piezas musicales y partituras favoritas.
Violeta Gil García nacía en Jerez de la Frontera (España) en 1996. En 2014 comenzó su Bachelor en "CODARTS, Hogeschool voor de Kunsten" en Róterdam, el cual acabó Cum Laude. En 2018 comenzó sus estudios de máster con el profesor Mario Caroli en Friburgo (Alemania), donde acaba de finalizar su "Konzertexamen" con matrícula de honor. Ha sido parte de muchas jóvenes orquestas como la Junge Deutsche Philharmonie, European Union Youth Orchestra, Het Nationaal Jeugdorkest, o la Jóven Orquesta Nacional de España. Ha sido galardonada en importantes concursos como en el ya mencionado Carl Nielsen o con el tercer premio en el Concurso Internacional de Flauta "Severino Gazzelloni" en Italia en 2019.
Como flautista apasionada de orquesta y de todo lo que suponga no parar de hacer cosas. Un culo inquieto como diría mi madre.
De pequeñita ya tenía el típico xilófono de juguete, alguna guitarra... Siempre la música era como un juego. A los 9 años empecé en el conservatorio elemental y fue mi primer contacto con la flauta.
En la primera clase mi profesora me dio unas 50 hojas, que eran fotocopias del libro que íbamos a usar ese año para aprender las notas de la flauta e iniciarme con el instrumento con distintas canciones. Llegué a casa y en 3 días me había leído todas las hojas, ¡me fascinaba! En la siguiente clase, mi profesora no lo podía creer, ya que era el material para todo un año. Así que me dijo de hacer ampliación de curso, ¡pensé que era broma!
De pequeña siempre decía que quería ser profesora de primaria, ¡como mi madre! Ella me inspiraba y me encantaba ponerme en la pizarra a imitarla. Luego descubrí la flauta y la música, y directamente mi vida fue encaminándose casi sin yo hacer nada. Siempre me ha inspirado Pahud (¿y a quién no?), siempre ha sido un referente que he ido persiguiendo. Actualmente me inspira muchísimo Clara Andrada en el mundo orquestal, o mi profesor Mario Caroli en el mundo de la flauta sola.
Los primeros libros que recuerdo son los métodos de Trevor Wye, o el típico libro de escalas de Taffanel et Gaubert. Cuando fui a estudiar el superior a Holanda, mi profesora Juliette Hurel (otra grandísima inspiración) insistía mucho en comprar las partituras originales. ¡Odiaba las copias ! Ahí empecé a acostumbrarme y a tener mi propia biblioteca, y cuánto me alegro!
Bueno, yo llevo grabándome vídeos toda la vida. ¡Antes de tocar la flauta ya me grababa imitando anuncios! Así que cuando empecé con la flauta, me encantaba grabarme. No pretendo en ningún momento “aumentar misseguidores”, es algo que hago por placer. Además, creo que hay algo muy importante que aclarar, y es que conseguir muchos seguidoresen redes sociales, no va a hacer que valgamos más.
Hoy en día, la gente piensa que tienen que tener muchos seguidores para ser alguien. Sería más bien al revés; hay que currárselo día a día para ser alguien, y como consecuencia, si usamos las redes sociales, los seguidores seguramente aumentarán. Pero siempre como consecuencia y no como causa. También es cierto que si lo haces bien, es más fácil llegar a más público y que se conozca lo que haces. ¡Un arma de doble filo como se suele decir!
____________________________________Sin duda. Pensé que al entrar en la orquesta me relajaría un poco en cuanto a dedicarle tantas horas a la flauta. Pero ha sido al revés, ahora tengo más tiempo para ello y no dejo de meterme en líos (concursos, recitales, masterclasses...). La verdad es que me encanta, por ahora no me canso y quiero aprovechar al máximo las oportunidades que se me presentan y no quedarme estancada. Lo bueno es, que al tener una estabilidad económica, puedo permitirme el decir No a algunas cosas, y priorizar mi vida privada. Aunque aún considero que tengo que aprender a decir que no.
Nunca. He tenido mucha suerte y he sido tan cabezota que nunca he apartado mi objetivo del punto de mira. Me he rodeado de familia y amigos que siempre me han apoyado y han evitado que me sienta mal. Lo más duro sin duda son las audiciones de orquesta. En orquestas jóvenes siempre me fue bien, y eso ayudó a que confiara en mi para el siguiente paso.
Pero por ejemplo, hice 15 audiciones para academias en orquestas alemanas, y nunca gané (llegaba a muchas finales pero nunca era la elegida), y luego hice otras 18 previas a las dos últimas que gané (en Freiburg y en Madrid). En total han sido unas 40 veces que me han dicho "no". A veces ha sido desesperante, pero cuando tus profes te dicen que vales para eso, y tus amigos están ahí para mostrarte mil razones por las que seguir, al final sigues y confías en que algún día llegará.
Conozco muchos casos de gente con problemas de salud mental debido a las audiciones. Es una frustración constante difícil de sobrellevar, y no ayuda que en nuestra educación no nos muestren otros caminos diferentes a conseguir una plaza en orquesta. Da la sensación de que si no haces eso, has fracasado, y no es así.
Recuerdo mi primer concierto como solista con orquesta. Tenía once años y tocaba el Andante en Do Mayor KV 315 de Mozart. Recuerdo que mis compañeros me decían “¿No estás súper nerviosa?” Y yo me moría de ganas! Me acuerdo de lo nerviosa que estaba por “el saludo”, ¡no sabía cómo saludar al público! Tocar para mí era un juego, y recuerdo pasármelo muy bien.
Mi mayor logro profesional ha sido sin duda ganar la plaza en la orquesta. Las audiciones son como olimpiadas, empiezan más de 100 y al final solo queda 1. El premio en el Nielsen también fue algo muy grande que ha significado mucho en mi vida profesional, cuya preparación me ha hecho estar muy fuerte flautísticamente, de hecho, probablemente fue el trampolín que me hizo estar muy en forma para un mes después, ganar en Madrid.
Me gusta, son conciertos al fin y al cabo, oportunidades de tocar en público y de ponerte a prueba en la preparación previa. Aportan mucha disciplina de estudio, nuevo repertorio y tablas. Además de hacerte ver, y que te conozcan.
Flauta
Flauta
Flute and Electronics
Flauta
Flauta
Flauta
Flauta
Flauta
Flauta, piano
Flauta, piano
Flauta, piano
Flauta, piano
Flauta, piano
Flauta
Flauta
Flauta
Flöte (mit obligater Bassflöte und Gong)
Mi estudio siempre empieza con un calentamiento completo, ahí es donde intento mejorar día a día. Mejor sonido, mejor técnica, mejor flexibilidad etc. Intento ponerme metas cortas, para así siempre tener algo a donde llegar, y no perder la motivación. Normalmente siempre tengo algunas obras por preparar (para la orquesta, concursos, conciertos...), pero si no, los libros de estudios siempre son una buena motivación! Además me gusta grabarme, porque así intento que el resultado sea mucho mejor y me perdono menos los errores.
Yo creo que todos habríamos agradecido que nos mostraran todas las posibles salidas laborales, para evitar la frustración cuando ves que no consigues una de ellas. Mi consejo es salir y ver mundo, escuchar a distintos músicos y estudiantes de varios países, abrir la mente y ser conscientes de la realidad global. Estudiar en el extranjero me ayudó mucho y me puso el listón mucho más alto. Que no nos conformemos con poco, y por otro lado, que no perdamos de vista nuestras virtudes y las explotemos.
Elegiría a mis profes. Nunca he tenido la oportunidad de tocar junto a ellas (Juliette Hurel y Julie Moulin) en orquesta (en Holanda) y sería un sueño hecho realidad. Compartir un concierto con mi actual profe Mario Caroli sería otro gran sueño.
Nunca abiertamente. Cuando toco algún concierto y tengo seres queridos en el público, automáticamente va hacia ellos. Si algún día lo hago abiertamente será a mi madre, ¡por meterme en este mundo tan bonito!
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Ver contenido de YouTubeDesde el Aserejé hasta Bohemian Rhapsody pasando por las sinfonías de Brahms. Soy una montaña rusa y escucho de todo (aunque lo actual se me resiste). Para desconectar suelo escuchar música de los 80s (como la movida madrileña). Me gustaría recomendar a Jacob Collier, un genio de nuestro tiempo.
Realmente, no he vivido la educación superior en España, sólo conozco la Holandesa. Pero hablando con gente de otros países, lo que más me llama la atención es el nivel teórico tan alto con el que los españoles llegamos al superior. En Holanda, por ejemplo, es en el superior donde se empieza a tratar la armonía, el análisis, la historia de la música... Mientras que en España aprendemos todo eso ya en el grado medio. También me da la impresión de que fuera de España se le da mucha más importancia a la práctica (cómo tocas, los conciertos que te salgan, etc), que a la teoría. En España la teoría muchas veces frena la práctica.
Creo que fue el concierto de Jolivet de memoria en la semifinal del Concurso Nielsen. Era una obra nueva para mí, muy difícil técnicamente, y la tuve que tocar con orquesta por primera vez en aquel contexto. Me sentí muy orgullosa por poder haberlo hecho. No me arrepiento de ninguna, creo que todas han sumado siempre en mi evolución como flautista.
Suelen tener muchos aspectos técnicos, como para ver “quién da más”, y es muy importante que no haya grabaciones previas, para que cada intérprete pueda hacer su versión. Yo creo que los aspectos técnicos no deberían ser tan importantes (al final creamos robots y no músicos), pero sí que deberían tener material expresivo que admita muchos puntos de vista. Una obra que cada músico pueda tocar de manera muy diferente y personal, donde se pueda ver reflejada la personalidad del intérprete. Sufrí bastante los primeros días preparando la Pieza de Concurso de Rasmussen, obra obligada para el concurso Nielsen 2022. Recuerdo empezar con el metrónomo a la corchea hasta llegar a negra 224. Luego la empecé a disfrutar!
Físico sin duda. He probado hacer mis anotaciones en PDF, pero no consigo acostumbrarme. De hecho, cada vez compro más partituras originales, me encanta tener mi biblioteca personal en casa, y ver con los años tantas historias y anotaciones del pasado en las hojas antiguas. Para dar clase a mis alumnos si que uso mucho las partituras digitales, y te permite tener una biblioteca muy grande en poco espacio, además de poder estudiar las obras cuando estoy de viaje sin necesidad de llevar libros. Pero en casa, formato físico sin duda.
Seguir creciendo y tocando nuevas obras. Meterme en muchos líos sola, con orquesta o con música de cámara. ¡No parar de mejorar! Por otro lado, también me encantaría adentrarme de lleno en el mundo de las Masterclasses (disfruto mucho enseñando lo que he aprendido a nuevas generaciones). Este año ya tengo varias planificadas y estoy muy ilusionada.
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