En el marco de este libro sólo puedo intentar presentar una mera parte del trabajo que los educadores e instrumentistas han contribuido al campo de los estudios del saxofón a lo largo de muchos años. En nombre de todos los instructores y maestros de saxofón cubanos, profesores como Arturo Bonachea, Tito Rivera, Osvaldo González, Carlos F. Averoff, Miguel Villafruela y Jorge Luís Almeida, que con su trabajo profesional y sus aportes individuales han recorrido un largo camino en la creación de lo que hoy se conoce como la escuela cubana de saxofón.
Mi único objetivo es, por un lado, sentar las bases de una rutina diaria de estudio y práctica, abordando los diferentes problemas técnicos y, por otro lado, destacar la importancia de cumplir con este esquema con disciplina y perseverancia. He tratado de recopilar una serie de ejercicios que le permitan llevar a cabo esta tarea.