Las sonatas para clave o piano de Domenico Scarlatti –hasta ahora los musicólogos han identificado 555– siguen el mismo patrón básico: un movimiento, dos partes, ambas repetidas. Dentro de este esquema fijo, las sonatas individuales son inmensamente variadas, a veces francamente experimentales, y de inagotable ingenio musical. Un viaje de descubrimiento que siempre merece la pena.