Vocación: Compositora – Entrevista con Sophie Lacaze

¿Cómo te conviertes en compositor? ¿Cuáles son las diferentes etapas de la composición? ¿Cómo puede el mundo que nos rodea inspirar obras musicales? Se lo preguntamos a la compositora francesa Sophie Lacaze.

por Julie Mooser (31.01.2023)

Creo que es muy personal y depende de cada persona. En mi caso, empiezo por buscar cuál será la fuente de mi inspiración. Nunca escribo música partiendo de la nada, no sé cómo hacerlo. Así que será un poema, un cuadro, una imagen, un sonido, una leyenda...

¿Cuánto tarda en escribir una obra?

Depende del número de instrumentos y de la longitud de la pieza, pero de todos modos soy muy lenta. Y si escribo pocas notas (mi música es más bien minimalista), todo está reflejado y pensado con mucha precisión. Tono, ritmo/duración, intensidad y timbre, trato los 4 parámetros de la música por igual y con el mismo rigor. Y eso lleva su tiempo, sobre todo porque pruebo regularmente nuevas combinaciones de timbres que tengo que ensayar con los intérpretes antes de ponerlas en la partitura.

¿Tiene alguna formación favorita para componer?

Sí, así es... ¡la orquesta! Con su magnífica y rica paleta de sonidos, escribir para orquesta sinfónica es un auténtico placer. Por desgracia, las oportunidades de escribir para orquesta son bastante escasas para un compositor hoy en día.

Antes de ser compositora fue ingeniera ¿le sigue acompañando esta carrera en su trabajo como compositora?

Una vez ingeniero, ¡siempre ingeniero! Tengo una mente muy cartesiana y he conservado la necesidad de racionalizarlo todo. No se oye cuando se escucha, pero mi música es muy matemática. La secuencia de Fibonacci, la proporción áurea, las simetrías, las homotecias, etc., forman parte de la base de mi técnica compositiva.

¿Hubo algún momento clave en el inicio de su carrera?

Creo que mi carrera despegó realmente en 2009, cuando recibí el Grand Prix Lycéen des Compositeurs (Gran Premio Liceo de Compositores). Hasta entonces, era totalmente desconocida en la escena musical contemporánea francesa. Pero este premio cambió todo eso.

Composiciones

La cultura aborigen australiana le ha inspirado mucho en su trabajo, ¿cómo la ha trasladado a la música?

Descubrí la cultura de los aborígenes australianos en 1998, durante mi primera estancia en Australia. Los aborígenes están muy cerca de la naturaleza, están a su servicio y organizan su vida según sus ciclos. Esta estancia me hizo tomar conciencia de un cierto número de cosas que rápidamente se convirtieron en esenciales para mí. La ecología es una de ellas, aunque yo ya era consciente del medio ambiente, y algunas de mis obras se orientan voluntariamente hacia la ecología, como Voices of Australia, por ejemplo. Pero también me atraía la música de los aborígenes, sus danzas y ceremonias rituales, que me recordaban la esencia misma del arte musical, sus orígenes, su pureza original. Todo esto me parecía fundamental, esencial. Mi música tenía que volver a los orígenes de la música, a aquello para lo que se creó este arte: el ritual, el encantamiento, la danza. Y a la pureza. Eso es lo que sigo buscando hoy.

Ha compuesto varias piezas para principiantes. ¿Es importante para usted la relación con la pedagogía?

Para un artista, es esencial transmitir. He enseñado mucho, sobre todo en la universidad, composición por supuesto, orquestación, pero también historia de la música e interpretación de música contemporánea. Y me di cuenta de que, cuando llegué a la universidad, muy pocos músicos o futuros músicos habían interpretado obras contemporáneas. Por eso creo que es importante acercarse a la música contemporánea ¡desde jóvenes!

¿Cree que la música contemporánea es accesible a todos los públicos? ¿Podría ser más accesible?

No existe la música contemporánea, sino la música actual, con estilos y estéticas que pueden ser muy diferentes según los compositores que las escriban. A menudo sus obras pueden resultar confusas porque las armonías o los sonidos utilizados son poco habituales. Lo mismo ocurría en todas las épocas... A principios del siglo XIX, la música de Beethoven no siempre era comprendida y apreciada por el público, ¡ni siquiera por los músicos que tenían que tocar sus últimos cuartetos de cuerda!

Los oídos "nuevos", aún no acostumbrados a la música clásica o a la música estereotipada que se escucha en todas partes, como el de los niños por ejemplo, pueden apreciar inmediatamente una obra contemporánea. En general, sea cual sea el público, conviene dar algunas claves de escucha antes del concierto, ya que así se facilita la percepción y la comprensión de estos nuevos lenguajes musicales. La música contemporánea es accesible a todos cuando es de calidad, y cuando se explica.

En las últimas semanas, varias de sus obras se han estrenado ante el público, entre ellas "Soupirs d’étoiles ", por la Orquesta Sinfónica de la BBC. ¿Cómo se siente en esos momentos?

La creación de una obra es siempre un momento importante y emotivo para un compositor. Pero es cierto que cuando se trata de una obra para orquesta, y en especial para una orquesta maravillosa como la BBC SO la que te interpreta, es un momento emocional extremadamente intenso y una gran alegría.

¿Cuáles son sus próximos proyectos?

Estoy empezando a escribir una ópera de cámara, con libreto de Alain Carré, que dirigirá Pierre Thirion-Vallet. Es un proyecto que me toca muy de cerca, con su tema, en sintonía con mis preocupaciones medioambientales, y un equipo de artistas absolutamente formidable.

Luego compondré una obra para 10 músicos (quinteto de viento + quinteto de cuerda) y dos piezas para estudiantes de alto nivel de un conservatorio. Mi año 2023 se presenta muy ajetreado.

¿Qué consejo le daría a alguien que quiera ser compositor?

Yo le diría que es un trabajo difícil, pero que da mucha alegría. Y si realmente quiere hacerlo, ¡que no lo dude!

Si tuviera que recomendar a nuestros lectores una sola pieza musical de cualquier época, ¿cuál sería?

Es una pregunta más que difícil, hay tantas obras magníficas... pero quizá me quede con una de las obras que aparecen en el Disco de Oro de las Voyager que los norteamericanos pusieron en sus naves Voyager I y II: el Preludio y fuga en do, nº 1, del 2º libro del El Clave bien temperado de Johann Sebastian Bach interpretado por Glenn Gould. Es sublime.